Manual para el correcto tratamiento de esclavos

Los esclavos que muy laboriosamente cumplen sus servicios están expuestos algunas veces a tratamientos crueles de parte de algunos amos. Esto no solo constituye un acto que falta a la compasión sino que además puede causar una gran incomodidad en el sujeto, llevandole incluso a querer escapar de nuestro lado (1). Por lo mismo, es nuestro deber brindar mejores condiciones de vida a quienes nos sirven; esto demostrará nuestras superioridad moral y además mejorará potencialmente la relación entre ellos y nosotros. Un esclavo feliz, producirá más y nos causará menores malestares. 

Muy conveniente sería dejarles al aire libre por algunos momentos permitiéndoles conocer la luz  del sol y disfrutarla. Un mejoramiento en su alimentación podrá aumentar su productividad y favorecerá las posibilidades de reproducción. De igual manera, hemos de abstenernos de maltratarles al menos que fuese estrictamente necesario para por ejemplo, corregir un comportamiento indeseado.

Las mutilaciones que sean necesarias podrán hacerse bajo supervisión de un profesional, así, no se estropeará el individuo y podremos venderle fácilmente cuando sea apropiado.

Recomendaciones como las anteriores puede aplicarse de manera fácil y efectiva, e incluso pueden adicionarse otras respecto a las posibilidades económicas que posea el propietario en su momento.

No obstante, algunos pueden pensar que todos estos cuidados han de ser muy dispendiosos, pero a mediano plazo, conseguiremos un crecimiento en la productividad y muchos consumidores estarán satisfechos por saber que el producto final ha sido tratado decorosamente. Adicionalmente, acallaremos la voz de aquellos que nos condenan por impartir malos tratos a estos individuos. Ante todo debemos evitar la crueldad innecesaria.

Si bien, los animales son nuestra propiedad y la ley nos permite decidir sobre sus vidas, es nuestro deber oponernos a los maltratos que han sufrido a lo largo de la historia. Después de todo, no somos unos salvajes!

Podemos hacerlo amigos, tener esclavos no significa que no podamos tratarlos adecuadamente.

(1) Condición conocida como drapetomanía, la cual consiste en tener un deseo de fuga constante. Para su tratamiento, es necesario brindar los cuidados necesarios para que el individuo se sienta cómodo y se cure de esta enfermedad.

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Lo anterior podrían ser las palabras de cualquier persona que se lucre de la explotación de animales no humanos, o en su momento, de otros humanos. 


En efecto las voces preocupadas por el tratamiento "correcto" para con un esclavo han determinado ciertos factores que permiten mejorar las condiciones de vida del individuo, sin que esto signifique en ningún momento cuestionar lo perverso en sí de la esclavitud, legitimando así el estatus de amo/propiedad. Estas ideas sobre el "trato humanitario" son actualmente impulsadas por un conglomerado de organizaciones bienestaristas quienes dedican todos sus esfuerzos a regular las condiciones en las que viven los no humanos, sin mencionar si quiera el problema de fondo, el cual cimienta y asegura una consolidación de la discriminación especista y sus distintas manifestaciones.


Desde el enfoque abolicionista, creemos que no existen formas aceptables de oprimir. Por ello nuestra reclamación es en favor de la abolición de todo uso de los demás animales. Nuestro primer deber con ellos es dejar de tratarlos como nuestra propiedad en todos los ámbitos.


Todas las formas de maltrato y crueldad desaparecerán en la medida en que optemos por el veganismo como principio regente en la defensa de los no humanos.

De la misma manera que vemos como inmoral una violación independientemente que la misma sea efectuada con la víctima consciente o inconsciente, es inmoral utilizar a otros individuos para conseguir nuestros fines sin importar a qué especie pertenezcan o de qué forma les utilicemos. 

"Si piensas que ser vegano es difícil, imagina cuán difícil es para los demás animales que no lo seas" Gary Francione