El siguiente paso


*Febrero 26 de 2010**Esta entrada fue posteada en esta fecha en nuestro antiguo blog. Luego de hacer una depuración, consideramos importante conservarla por su contenido y en caso que a alguien pueda serle de utilidad.

Para nosotras siempre ha sido muy gratificante participar de actividades en las que podemos escuchar los diversos puntos de vista que tienen las personas referentes a la utilización de los otros animales. A lo largo de estos años, hemos conversado con vendedores ambulantes, indigentes, funcionarios, niños, y con muchas personas que al igual que nosotras, fueron educadas en la idea que ve como legítimo la utilización de los demás animales.
Por supuesto, también nos hemos encontrado con personas que han estado de lleno en algún tipo de labor especista, o simplemente en algún momento de sus vidas se divirtieron en circos o espectáculos taurinos. En cuanto a estos últimos, siempre resulta interesante que sean ellos quienes se acerquen y escuchen nuestros argumentos, si bien en estos tiempos, es usual que algunos aficionados a la tauromaquia reconozcan el dolor experimentado por el toro, aún cuando hechen mano de otros argumentos para continuar asistiendo y perpetuando estra tradición
Resulta entonces que, en uno de tantos plantones, pudimos conversar con un hombre quien nos comentó que él solía asistir a las ferias taurinas asiduamente. Él justificaba su afición ya que aseguraba que desde pequeño le habían enseñado a ver al toro como un objeto de diversión y no como un ser sintiente; poco a poco se fue habituando a esta idea hasta poder divertirse hasta la saciedad con el ritual de muerte del animal. No obstante, en algún momento de su vida se cuestionó y concluyó que no quería ser partícipe de la tradición taurina asi que simplemente, dejo de asistir a las plazas.

Así pues, la conversación con este ex-aficionado fue muy esclarecedora para mi y logró configurar una serie de ideas que se han hecho cada vez más presentes en casi cualquier acción que pretenda tomar en mi cotidianidad. Basícamente ahora entiendo que en todas las discriminaciónes existe por lo menos, un lugar común a través del que se logra excluir a los individuos: construir al "otro" como inferior, adjudcándole características despreciables que legitimarán su dominación y lo harán parecer "diferente". De este modo, crecemos mitificando a lo que nos es desconocido, temiéndole, minimizándole, y nos volvemos parte de ese discurso del poder hegemónico del cual participamos como victimas y victimarios.

Quizá si se nos hubiera enseñado a valorar cada identidad, cada forma de vida, nuestra especie no estaría colonizada por un pensamiento que desdeña todo lo que se sale de lo establecido como norma. Pero quien lea este artículo se preguntará qué tiene que ver el encuentro con el ex-taurino y toda esta serie de reflexiones. Responderé entonces lo siguiente: pude acabar de comprender aquel día que realmente los movimientos de liberación no luchan en contra de los individuos sino contra los sistemas de dominación que a su vez están cimentados en toda una serie de creecnias muy bien configuradas. Lamentablemente, es muy fácil confundirnos y perder el rumbo.

Por supuesto, este análisis puede parecer insignificante y sus conclusiones evidentes, mas quiero resaltar la importancia de mantener un caracter reflexivo y ser lo más mesurados a la hora de hacerle ver a la sociedad el error de considerar a las demás especies como propiedad. Finalmente hemos crecido en una sociedad en la que nos enseñan a acatar sin más; afortunadas somos aquellas que de diferentes formas, llegamos a cuestionarnos el mundo como nos lo han presentado.   

Entonces, debemos tener presente la capacidad de cambio de las personas cuando se encuentran con nuevas ideas, considerando que no existe una formula mágica que genere la aceptación instantanea de nuestros planteamientos. Cada individuo es un mundo lleno de particularidades y experiencias diferentes que lo llevaran a sentirse identificado mucho más con unas apuestas que con otras.

Ahora mismo, mi decisión es continuar creyendo en el potencial de cambio de la humanidad, ese mismo que me llevo a mi y a tantos otros a cambiar irreversiblemente de creencias, el mismo que llevó a un aficionado taurino a dejar de ser partícipe del cruento destino de los toros de lidia. 

Con certeza, para algunos cambiar será más fácil que para otros, mas si tenemos todo en perspectiva, sabremos dar el siguiente paso.


Imágen de AnimalEmancipation

Nota: creemos en la edución creativa como herramienta contundente para cuestionar y abolir el especismo, ya que entendemos que este sistema que legitima la dominación de los otros animales, no se cimienta en cómo tratamos a las demás especies, sino en cómo las concebimos. De esta manera, las formas como tratamos a los otros animales, son manifestaciones de la concepción que hemos formado de ellos, es decir, de las creencias especistas.

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